miércoles, 13 de enero de 2010

The revolution from my bed.

Siempre he pensado en el futuro. Siempre he pensado que lo mejor está por venir. Recuerdo que cuando tenía 14 soñaba con los 16, y a los 16 con 18... Y ahora, con 18, desearía volver a los 14. Volver a ser el mismo crío inocente que en demasiados aspectos sigo siendo. Y que la gente no fuera tan odiosa como ahora, con sus comentarios crueles y momentos estúpidos. Y recuerdo miles de momentos del pasado... Miles. Y por muchas veces que recuerde la misma broma, me sigue haciendo reir. Pero no hay nada reciente, pongamos de dos años para aquí, que me traiga ese sentimiento... ¿Por qué? ¿Acaso en realidad el pasado era mejor? ¿O era simplemente que me conformaba con el presente sin pedir siempre más? A diferencia de ahora, creo que lo veía todo de otra manera. Veía como si cada momento importara, y no hubiera un futuro. Y no me importaba que no lo hubiera, sólo quería vivir el presente, y disfrutar. Sin embargo ahora pienso en el futuro. Anhelo que los días pasen rápidos, intentando buscar otra persona que me haga querer parar el tiempo, y volver a disfrutar cada momento. Quizás por eso a veces te heche de menos. No por cómo eras, si no por cómo era yo cuando tú estabas aquí. Pero da igual, he de conseguir mis metas, aunque cada día lo vea todo más difícil. Pero a la vez tengo miedo. Miedo de irme lejos, que sea un adiós para siempre, y que la vida, tan hija de puta algunas veces, me heche atrás y me haga volver. ¿Entonces con qué cara miraría a esa gente que estuvo hasta el último momento ahí? ¿Me entenderían? Hay tantas preguntas que sólo el tiempo puede contestar... Y hay tan poca gente que se preocupe por tí cuando de verdad lo necesitas... Quizás es que mi cara B está bien oculta. O quizás es que, al final, morimos solos.

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