lunes, 23 de abril de 2012

Home.

Como diría la cancion:  "I'm not afraid to keep on livin'". Y la verdad es que no, no tengo ningún miedo de seguir viviendo, de seguir adelante mi camino. Lo que tengo miedo, es de seguir sin tí. Porque me he mal-acostumbrado a que siempre estés ahí, apoyandome, sin peros ni trabas, con una determinación que a veces necesitaba. Y ahora que la necesito más que nunca, esa determinación se esfuma, casi como tú. Ahora que yo tomo las riendas, intento dar todo lo bueno de mí, y intentar compensar mis errores, tú eres la que te bajas. Justo cuando yo decido tirar hacia delante, cargar con el peso de 659 días a nuestras espaldas, tú decides que ya es momento de descansar, sabiendo que quizás nunca puedas volver a tomar el camino. Aunque aún dudas entre parar o seguir, entre victoria o derrota... Si me permites decirte una cosa, mi derrota personal es que hayas tenido que llegar a esa decisión. Está claro que nada será igual, pero yo tengo la misma confianza que el primer día, con la diferencia de el peso de mi espalda, y el amor que te tengo.
Sinceramente, este es sin duda uno de los peores momentos de mi vida, y sería tán facil arreglarlo...

Pero no tengo la seguridad en mi mismo para hacerlo, para, sin que te lo esperes, abrazarte, sincronizar de nuevo nuestro reloj, y, por qué no, volver a enamorarme de ti con el sabor de tus labios, y el tacto de tus manos contra mi cara. El sonido de todos esos te quiero que ahora mismo gritaría al mundo, y las ganas de que de verdad, algo en esta vida pudiera ser para siempre... Llámame loco, pero lo único que necesito para vivir es tu amor... Ojalá todas las personas en el mundo necesitaran lo mismo.

I don't wanna be like you, I don't wanna be like you, I don't wanna be like you... who I used to be.

jueves, 19 de abril de 2012

Nemo.

Errar es de humanos, igual que sentir miedo, o incluso pánico. A veces ser cabezón también, pero siempre saber cuando aflojar la cuerda de la mano y ceder un poco, o un mucho.
Igual que tambien es humano crecer, cambiar, madurar o simplemente desilusionarse. A veces la vida es como un dado, con tantas posibilidades y un ligero cambio entre ellas, aunque ese cambio signifique mucho. Pero nunca nada está perdido. Cuando hay buena racha nos podemos acostumbrar, y restarle importancia a las buenas tiradas. Porque normalmente, en la felicidad, no nos solemos dar cuenta de los pequeños detalles que nos hacen serlo, y ese es un fallo. Y por el otro lado, en las malas rachas solemos sufrir mas por todo, y parece que el mundo entero está en nuestra contra. Pero la vida no es un dado, ni un cara o cruz, en el que tus acciones no cuentan para el resultado final. También en la vida hay rachas, momentos en los que todo sale bien, y otros en los que todo sale mal, y, igual que el dado, cuando sale mal nos frustramos.

Aunque es cierto que a veces el resultado sí depende de nosotros, de cada pequeño aporte hacia los buenos momentos, y también hacia los malos. Y aunque siempre aspiremos a mejorar cada pequeño granito de arena, a veces sin querer lo aportamos en la dirección equivocada, quizás sin darnos cuenta hasta que una parte de ese castillo de arena se desmorona. Y cuando esto pasa, casi siempre todos intentamos compensarlo por el otro lado, sin darnos cuenta que de lo que hay que hacer es arreglar el roto para luego arreglar el descosido. Arreglar el bache para que el camino sea mas liso, no sé si me explico.

Creo que sabes tan de sobra como están las cosas entre nosotros, con nuestros granitos de arena, poco a poco. Y es cierto que a veces la mala coordinación, la mala comunicación, crean un derrumbe. Pero piensa que para que haya ese derrumbe, hemos tenido que construir mucho. Y, si hemos llegado hasta aquí, con peros y trabas, y siempre hemos seguido con esa ilusion, nunca es tarde para recuperarla, aunque a veces se necesite descansar un poco y recapacitar qué hacemos mal, para una vez saber el error, solucionarlo.

Y hace poco, recuerdo que hablamos sobre esto que lees, estas palabras que durante tanto tiempo pinté aquí, para que nadie me leyera, aunque sin yo saberlo tú lo hicieras. Es curioso que, nuestra primera cosa en común fuera esto. Y recuerdo que me preguntaste por qué no escribía. Y si recuerdas la respuesta, sabes por qué ahora mismo lo estoy haciendo. Porque lo necesito. Necesito desahogarme, sin importar quién me lea o no, para mí ahora mismo sólo existen estas palabras, en mi corazón infinitas emociones, en mi oído canciones que me recuerdan a ti, y, por supuesto, en mi cabeza tú.

Entiendo lo que me has dicho hoy sobre aquellos viejos días. Aunque no lo comparto. Recuerdo la primera frase que me dijiste cuando te pregunté qué posibilidades tenía contigo. Recuerdo el primer paseo, el primer café, la primera noche junto al mar, el primer beso, y la primera vez que te vi llorar, y, para variar en mí, era por alegría. Recuerdo cuando me arrodillé en medio de la calle, y te dije que si querías salir conmigo. Recuerdo también por qué insististe en grabar ese anillo.

Y recuerdo esa noche, en la que te hize una pregunta. Y aunque no lo creas, recuerdo tu mirada, tu sonrisa y tu sí, mientras mis pulmones se hinchaban tanto intentando respirar y creérmelo que podría tener el universo entero ahí dentro. Recuerdo tantas cosas buenas, tantos granitos de arena, que poco a poco pusimos juntos, que si un día tuviera que recordar este punto de nuestras vidas lo seguiría recordando indudablemente con una gran sonrisa.

Aunque parece que soy el único al que esas cosas se le quedaron grabadas tan a fuego en el corazón, que pase el tiempo que pase no las olvidará nunca. Y por muchas cosas que puedan pasar a partir de este punto, las seguiré recordando con el mismo cariño, con lágrimas en los ojos, como ahora, al darme cuenta de lo afortunado que fui, y sigo siendo. Y de lo feliz que era, y lo que lo sigo siendo.

De veras, me gustaría poder volver atrás y cambiar mis errores, día a día, minuto a minuto, para que tú siguieras recordando esos momentos como los recuerdo yo, porque te aseguro que en toda mi vida nada me ha hecho más feliz que conocerte a ti.

Y aunque te sigas sin dar cuenta, para , solo existes tú.