martes, 19 de enero de 2010

Afectos.

Y ahora que el tiempo se para y yo tengo ese fuego en mi interior capaz de destruir la rutina, no hay nada que me lo impida. Y las cosas no van mal, pero tampoco bien. Me juego todo a una carta, y, sea cual sea el resultado, no me gusta el cambio que va a provocar. Me quedan dos días de saborear mi juventud, de ser, en cierto modo, libre. Espero encontrar algo que me anime a sonreir como nunca, puesto que esta vez tendré que esforzarme demasiado. Aunque Barcelona siga lejos, y yo ahora dudo lo que quiero. De momento me conformo con dejar volar mi imaginación mientras miro al horizonte y escucho Infinito, sentado en ese banco que tantos (y nadie sabe hasta que punto) momentos me hace recordar. Y que raro se me hace que alguien esté conmigo en ese banco. Que alguien pueda colarse de esa manera y desde esa perspectiva en mí. Porque siento que sería incapaz de hacerte daño, ya que sería casi como hacérmelo a mí mismo. Y puede que me vaya, sí, pero te aseguro que yo sufriré más que tú.

Y mientras el mar se mueve lentamente ante mis ojos yo sigo aquí, esperando un milagro, o un milagro. Tenemos un trato pendiente. :)

1 comentario:

  1. Récord :D Y lo pongo anónimo porque no se ponerlo con mi nombre xD

    ResponderEliminar