viernes, 26 de febrero de 2010

Dark Circles.

¿Y tú que buscas? ¿Qué crees que mereces? ¿Quién crees que eres? Descúbrelo. Eres un perdedor. ¿Motivos? No, gracias. No gritas cuando lo necesitas, ni te callas cuando debes. ¿Por qué? Porque eres así. No te creas normal, pero menos aún te creas superior. Eres otro más. Otro que por ir de diferente y sobresalir se llevará más palos. ¿En serio crees que la realidad es necesaria? Estás equivocado. Sin sueños no eres nadie. Y cuanto más cerca estás de uno, más lágrimas. ¿Que te da igual? A mi no. Ese es el problema, que nada me da igual. Porque todo lo que escucho me importa, si no, no lo escucharía. ¿Carpe Diem dices? ¿Para qué? ¿Acaso eso va a cambiar algo? Que triste me parece que alguien necesite esa frase para aprovechar el momento. Y luego, palpando desde el cielo, ese azul tan esperado, que me hace esbozar mil sonrisas y gritar como loco cada vez que miro por la ventana. Gritar en silencio. Porque esos gritos solo existen en mi pecho. En ese cine donde nos conocimos. Me refiero al humo de palabras quemadas bajo un rostro de cuero. Al mismo humo que se lleva recuerdos en fila india bajo la mirada triste de esa minúscula parte de mi que piensa en el pasado. Amarnos bajo el aguacero en una casa deshabitada, sólo iluminada por la luz de nuestros corazones y las velas. Hurgar en los recuerdos de esas páginas que me hacen pensar tanto. ¿Y de qué sirve? Me hace feliz. Quizás, al final, eso sea lo que necesite. Que alguien me escriba una historia feliz para ásí poder yo terminar la mía.

Ajeno al mundo real, porque hay páginas que me hacen transportarme a otro sitio en otra era, y tener una visión tan clara de todo, que da hasta miedo volver a la realidad.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Points Of Authority.

Siempre he considerado que los pequeños detalles dan vida. Las pequeñísimas cosas que me hacen sonreir por medio segundo, y que alegran mi espíritu por horas. Las frases que tienen sentido pero es imposible que sean reales. Las miradas que dicen todo y no dicen nada. Siempre me gusta que haya una doble parte, una doble manera de ver las cosas. Siempre me han gustado los pequeños placeres de la vida. El agradar a las personas que me agradan. El intentar sonreir cuando alguien está triste. El que la gente parezca que le importa lo que digo o lo que siento, y no que digan sí para librarse de mí, y que luego ni se acuerden. Siempre intento hacer ver a las personas otro punto de vista, el mío. Y hay muy pocas personas que parece que vean las cosas como yo, casi ninguna. Porque no se trata de haber vivido y cometer muchos errores, se trata de darte cuenta de lo que has hecho mal, como en la Naranja Mecánica, aunque odie con toda mi alma esa película. ¿Que soy raro? No, siempre intento tener ese punto de vista adicional, para poder ver mejor mis errores. En eso se basa la vida, errores y errores. Pero siempre he cometido el mismo, siempre. Y seguramente esta vez no sea muy diferente, de hecho no lo es. ¿Que por qué me pasa? Quizás me abro demasiado a las personas que de primeras me caen bien, o con las que conecto más de la cuenta, y siempre salgo escaldado. Tú eres diferente, claro. Diferente a todo, y mejor que todas las demás juntas. Y a quien le duela, que se joda. ¿Que en qué me baso para decir que eres mejor? En mi punto de vista, en mis varios puntos de vista. Y en todos la realidad me puede. Y tú, espero que me comprendas, por lo menos, al 50%. Nuestro punto de vista es igual, porque somos casi iguales.

Y a la vez diferentes al resto del mundo. Solos tú y yo, y la distancia.

lunes, 15 de febrero de 2010

A Moment Suspended In Time

Y tal como llegan los días, pasan. Sin más. Aunque con motivos para sonreir, aún falta mucho para que me sienta lleno. Porque quiero algo que aún no puedo tener, y echo de menos la tristeza. Echo de menos sentir que "sólo yo", y hecho de menos desahogarme de verdad. Aunque siempre vuelva al banco, y siempre vuelva a las lágrimas, pues hay recuerdos que siguen doliendo, aunque ya no las personas que los crearon. Si lees esto, gracias por abrirme los ojos, por hacerme ver que tú no te merecías esa carga, ni a mí en general. No es por creérmelo, pero me siento demasiado buena persona, o eso me quiere hacer ver la gente. Que esto es una carrera, una apuesta a ver quién muere el último. Y puede que no la gane, pero hoy he sentido, durante un instante, que era blanco, que ese momento era oro. Una vez leí una frase que siempre me gustó demasiado: Sé feliz por un instante, y ese instante será tu vida. Ahora sé que hoy ese instante me ha hecho feliz. Un paseo entre árboles, bañando en la gloria de la mañana mientras a mi lado paseaba mi locura, mi libertad y uno de mis objetos más odiados/preciados. Quizás es que sólo ella me comprenda, o sólo quizás con ella me sienta al cien por ciento libre. Y ahora mismo, no cambiaría quien soy por nadie, estoy demasiado cargado de sentimientos buenos como para derrocharlos.

sábado, 13 de febrero de 2010

Running Away From.

Ahora tú ahí, yo aquí. Apaga esa pantalla, vive tu noche. Porque quizás mañana no te acuerdes de nada, quizás despiertes de un sueño. Porque eso creo, que es un sueño. Aunque quizás después te des cuenta de que todo es real, tan real como pueden ser 8 bits. Y espero que esas promesas sean verdad, y que tus ojos y tus manos sean tan reales como a veces son en mis sueños. Quizás es que sueño demasiado, no lo sé, o quizás es que soy demasiado introvertido. Tú, me debes un sign ^^

viernes, 12 de febrero de 2010

Bring Me The Horizon.

Ahora me quedo sin aire. Intento que mis costillas agarren mis pulmones. Siempre he soñado ser libre, y siempre he intentado serlo. Y qué mejor manera de hacerlo que haciendo lo que quiero, sin dar explicaciones y sin que nadie se lo espere. Porque estoy harto de la distancia, de sentir que todo se aleja, y yo me quedo aquí, sin nada que hacer, sin nada que me anime, sin nada. Quizás es que ya estoy harto de ver siempre las mismas caras, las mismas calles y el mismo aire. Quiero ver nuevas playas bajo la luz de la luna, mientras una desconocida me arrope y no haga falta palabras, sólo gestos, y que el silencio sea lo más bonito que podríamos decir. QUE DE VERDAD CADA MOMENTO SEA ORO, y que cada sonrisa brille como diamantes. Que esa señal del cielo ha llegado. Esa estrella fugaz que me marca el camino a seguir está ahí, y yo me siento orgulloso de verla. Y que lo único que ahora mismo quiero es sentirme extraño, entre palabras que no entiendo, gente que no conozco, y disfrutar mi juventud, y las oportunidades que esta me brinda. Porque quizás esa sea mi última noche, y te juro, que no pienso desperdiciarla. ¿Y tú? Sigues ahí, impasible, durmiendo, mientras yo planeo un vuelo hacia las estrellas. ¿Quedamos a medio camino de Barcelona?

Respóndeme con una sonrisa.

jueves, 11 de febrero de 2010

Sin pedir permiso.

Entras en mi vida. Así, de sopetón, sin yo esperar nada, sin picar a la puerta y sin pedir pasar. En ese momento me arrepentí. Nada más verlo, nada más empezar a conocerte. No te puedes imaginar mi cara ahora mismo. Tú acabas de irte, sin decir adiós. Tampoco tienes que decirlo. Y soy yo, como siempre, el que se monta sus líos mentales. Pero tu no sospechas nada, incluso pensarás que estoy loco. Y tengo miedo de eso, de precisamente eso. No estoy loco, pero mi corazón sí. Y sigo pensando en esos ojos, esos gestos, y esos labios. Tú me susurrabas al oído cosas que yo no esperaba, y, cuando lo pensaba, me pregunté cómo podía haber vivido sin haber escuchado esas palabras antes. Quizás sea una bobada, quizás necesitaba que alguien me desconociera. Pero ahora, en este mismo instante, siento que las barreras son mínimas, que el futuro me depara algo bueno, por lo menos un solo instante, junto a tí. Porque no te imaginas nada, ni la soledad que arrastro conmigo, ni que los mismos sueños de siempre me despierten cuando por fin consigo evadirme y volar. Y tú, que pareces tan real, y tan al alcance de mi mano, no estás aquí. Y quizás nunca lo estés, ¿quién sabe? Pero me has hecho sentir algo, algo en mi pecho que hacía demasiado que no sentía. Admiración, ganas de dar un abrazo, de que esos ojos me miren y esa boca sonría. Sentir tu calor, conocerte hasta tal punto que mi corazón lata al mismo tiempo que el tuyo. Sentir que los momentos se alargan, que el tiempo se para, y que sólo tú y yo importamos. Que no te conozco de nada, y te conozco de siempre.

...

martes, 9 de febrero de 2010

You're on the edge. Please, one more step.

Nada nos miraba, la ciudad dormía tranquila, mientras yo, saturado, no sabía que sentir. Ella estaba decidida, como yo nunca supe estar. Pero algo he aprendido, he aprendido a que yo soy alguien, y que eso sólo me importa a mí. Ahora cierro los ojos. Parece que el pasado se desdibuja suavemente, como si cada vez que mi mente recuerda su rostro las líneas fueran menos nítidas, como si la imagen estuviera desenfocada, como si yo quisiera olvidar. Y claro que quiero, puesto que no me gusta recordar cosas que ya no influyen, con gente que ya no es y con sueños que ya se han roto. Días eternos con miles de segundos que recordar, miles de palabras sinceras y millones de miradas aún más sinceras. De días de calor, de risas y de tranquilidad. Quizás eso fallaba, la tranquilidad. Quién sabe, quizás esque ahora soy hiperactivo, o que necesito sentirme más vivo que nunca. Que me sucedan cosas dignas, que este blog no siga en blanco día sí y día también. Que cada segundo deje ese sabor de boca, del que no se arrepiente de nada. Y de que para el que no espera nada, todo es bienvenido. Entonces me contradigo, pero cierro los ojos, me dejo llevar y parece que el nudo se afloja, que ya nada importa, que sólo soy yo, otra vez, como siempre he sido. Tan sincero conmigo que me duele, y tan alejado de tanta gente que me da miedo. Es hora de volver a tomar ese viejo camino, de intentar conocerme, conocer mis límites y saber quién soy. De saber lo que quiero, y luchar a muerte, hasta que me muera sin fuerzas, o hasta que consiga lo que quiero. ¿Y tú? Quizás al leer esto pienses que estoy loco. ¿Pero sabes una cosa? Lo estoy, y me encanta.

Como siempre he dicho: Nunca digas nunca, ni siempre digas siempre.

viernes, 5 de febrero de 2010

Cosas estúpidas que hacen sentir bien a uno.

Como esos sueños abstractos que me recuerdan que ahora el control lo vuelvo a tener yo, osea, que ya puedo perder el control las veces que quiera sin dar cuentas, y sin sentirme culpable. Y que si quiero algo, y si llevo mucho tiempo detrás de algo, espero conseguirlo, espero poder mirar ese montón de hierros, ya no por lo material, ya no por la satisfacción de haber conseguido un "sueño". Pero sí por poder decir: Por fín tengo algo que es mío, y que me he pagado yo con mi sudor. Porque si algo tengo claro, es que hay pocas cosas por las que esforzarse, pero quizás con el tiempo te das cuenta de que las cosas van valiendo la pena. Pero claro, todo tiene su precio. Wake me up when August ends, porque creo que ese cambio del que hablé en una entrada va a llegar, cuando los días se vuelvan de nuevo más cortos. Que Barcelona espere, que, de momento, mi lugar esta aquí, con la gente a la que le importo, y que me importan. Y que espero que en momentos ajetreados me soporten mi malhumor. :D

Porque si yo no pongo orden en mi vida, nadie lo va a poner. Aunque ahora que lo pienso...

martes, 2 de febrero de 2010

Duality.

Alejarme de todo. De todos. Pasar de todo. De todos. Olvidarme de todo. De todos. Por una vez, tengo motivos y ganas de ser egocéntrico. Totalmente, al 100 por ciento. Y si tengo una oportunidad, aprovecharla. Y si quiero decir algo, o mejor dicho necesito, decirlo sin pensar en las consecuencias. Y si no estoy de buen humor, y me quiero alejar de todo, hacerlo. Y si quiero, por casualidad, robar un beso, hacerlo. Si quiero disfrutar cada segundo en buena compañía (vosotros ya sabéis si va por vosotros o no, claro está) o lo quiero disfrutar yo solo. Si quiero tabaco o café, aunque normalmente sean las dos. Si mi mayor deseo es estar vivo de deseo, hacer que mis sueños dejen de ser mentiras, gastar uno de mis tres deseos en cumplir mis metas. Porque no sé si soy más feliz, pero al menos lo intento. Si quiero lluvia o sol, sonrisas o miradas, abrazos o besos, aprecio o amor. Y si hay algo que me haga sonreir, le cojo aprecio. Así, sin pensar.

Sólo sentir.

Porque mañana puede ser un buen día.