Todas esas cosas que me callo. Incluso las que alguna vez he dicho y nadie tomó en serio. Esos sentimientos guardados dentro de mí, que sin querer me guardo, mientras intentan salir desesperados. Gritar al mundo que sigo vivo, aunque a nadie le importe.
Pero nada importa ya. No importa las cosas malas que he hecho, ni las buenas. De hecho, no importa ni las cosas que haré. Pero es lógico. A mí no me importa lo más mínimo nada ya. Ha llegado un momento en mi vida en el que ya he dejao de preocuparme por el resto, de intentar ser mejor persona, de intentar ser lo que nadie es, ¿para qué? Me he dado cuenta de que la gente sólo recuerda a las personas por sus actos malos, y nunca por los buenos. Que da igual que seas perfecto, a la mínima, todos te tacharán de lo que has hecho.
Una vez conocí a una persona que se hacía llamar Heartless, y creo que a este paso acabaré siéndolo yo también. Siento que me falta algo, que todo es demasiado "normal". Pero nunca ocurre nada, la vida es una gran monotonía que nos absorve según pasan los años, y aunque a veces tengamos ilusión por algo, es simplemente eso, ilusión. Tan frágil como un sueño, tan fácil como hacer daño.
Digamos que la vida es un conjunto de ilusiones y sueños, que nos empujan a seguir día a día soportando lo malo, esperando de algo bueno suceda y nos haga salir de la rutina, de el sinsabor de la vida.
Pero nunca sucede nada, y, en realidad, no importa tampoco lo que suceda. No importa nada, a nadie.
No nos quejemos, si este mundo da asco, es por nosotros.
sábado, 16 de junio de 2012
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"Me he dado cuenta de que la gente sólo recuerda a las personas por sus actos malos, y nunca por los buenos."
ResponderEliminarA ti, hay gente que te recuerda por los buenos, y no lo quieres ver.